2 de diciembre de 2015

Nefertiti y Tutankamón: Asuntos de Familia Segunda Parte

En este empeño por saber quien fue en realidad y porque se perdió su rastro, quienes eran los miembros de su familia, cual fue la causa de su muerte prematura, porque su tumba es distinta a la de los otros reyes de Egipto... se han llevado a cabo varios análisis de los restos de Tutankamón. En el primero, de 1968, los rayos X detectaron una herida en la cabeza que dio paso a la hipótesis del asesinato; suposición desechada en 2005 tras una tomografía axial computerizada que permitió realizar una reconstrucción facial, pero no halló fractura craneal. Algunos especialistas apuntan a que se trata de una herida post mórtem debida a un golpe accidental mientras el equipo de Carter trasladaba la momia.

Zahi Hawass y su equipo examinando la momia

El TAC sí detectó, sin embargo, una fractura en la rodilla izquierda que hizo pensar en un accidente de carro, y constató la ausencia del esternón y de buena parte de la cavidad torácica, incluido el corazón, esencial para sobrevivir en ultratumba. Habrían sido extraídos durante el embalsamamiento, pero ¿con que objetivo? Carter creía que aquel embalsamamiento no era canónico y describió la momia como “despojo carbonizado”. Ser víctima de una combustión espontánea, fruto de una chapuza, explicaría las quemaduras que observó: una posible prueba más de que Tutankamón no recibió el trato que merecía, lo que confirmarían las llamativas características de su tumba. ¿Por qué, a pesar de su condición real, para aquel joven de 19 años se improvisó una demasiado pequeña, con pocos jeroglíficos y un montón de objetos acumulados de forma caótica? No parece diseñada para un faraón. Además, a éste le cortaron los dedos para que encajara en el sarcófago. Y unas manchas marrones, microbianas, evidencian que se decoró con prisas, y había humedades al no secarse bien la pintura.

Pared de la tumba de Tutankamón

La egiptóloga Melinda Hartwing opina que el apresuramiento fue culpa de alguien cercano. Acaso de Ay, el visir que aparece en la imagen de la ceremonia de apertura de la boca. Tutankamón había nombrado a otro sucesor, Horemheb, pero estaba luchando en Siria, por lo que Ay pudo aprovechar el vacío de poder para reclamar el trono. Así, se casó con la viuda de Tut y ejerció como faraón cuatro años, hasta su muerte. Su sarcófago es bastante más espacioso y mucho más decorado que el de su antecesor. En este punto aparece la idea de las tumbas cambiadas: tras enterrar a Tutankamón rápidamente y sellar su enterramiento para que Ay se hiciera con su trono, lo condenaron a una eternidad de insignificancia. Pero por un capricho del destino su cámara funeraria ha sido la única del Valle de los Reyes en permanecer casi intacta.

Ceremonia de apertura de la tumba oficiada por Ay

Entre las numerosas hipótesis sobre el faraón niño, no podía faltar una concentrada en la mascara dorada. Los remaches que exhibe prueban que cara y tocado fueron hechos por separado; aparte, los lóbulos de las orejas están agujereados y sólo mujeres y niños llevaban pendientes. De ello podría deducirse que, aunque colocaron su cara encima, la mascara no debió diseñarse para Tutankamón, sino para una mujer. Varias voces señalan a su madrastra: Nefertiti.

Los agujeros de las orejas 

Esto enlazaría con una reciente tesis del egiptólogo Nicholas Reeves. Tras examinar imágenes en alta resolución de la tumba, descubrió grietas artificiales en los muros que podrían explicarse por la presencia de dos puertas disimuladas: una, al oeste de la cámara funeraria, llevaría a un pequeño almacén inexplorado parecido al anexo; la otra, al norte, a otro enterramiento por descubrir, el del propietario original del sepulcro que se readaptó para el joven faraón, y que no seria otro que Nefertiti. La puerta al tramo oculto y al enterramiento de la reina en la pared, al otro lado de donde se halla el sarcófago del faraón, tras las pinturas de la ceremonia funeraria de éste que Reeves reinterpreta: el faraón muerto no sería Tutankamón, sino Nefertiti, y el oficiante de la ceremonia de apertura de la boca no sería Ay, sino Tutankamón, que la habría sucedido. Sería bonito que los dos grandes iconos de Egipto, que fueron familia y compartieron corte, compartiesen también la vida de ultratumba. Dar con la momia de Nefertiti sería el mayor hallazgo de la egiptología tras el de Tutankamón.

Zona en la supuestamente se aprecia la presencia de una puerta oculta

Fuente del texto: Muy Historia Nº 69
Fuente de las imágenes: wikipedia, el mundo.

4 comentarios:

  1. Parece que los restos del Rey Tut nos dejan con más preguntas que respuestas claras. ¿Son los restos sospechosos realmente suyo? ¿Habría quienes preparan los cuerpos para la otra vida hacer un trabajo tan inepto de manejar el cuerpo de un faraón? Esos son los dos primeros que tenemos. Gracias por la entrada, Lady Deathpoet usted.

    ResponderEliminar
  2. De nada siempre es un placer, mañana el final del articulo pero no de la historia de la tumba de Tutankamón. Gracias a ti por comentar;)

    ResponderEliminar
  3. Las hipótesis, por confirmar, -no hay certezas probadas, indican que existía una sociedad de las altas esferas del Estado egipcio faraónico que luchaba intensamente por el poder político, a juzgar por lo que se desvela de los restos, del descuido del enterramiento, de la posibilidad de que el cuerpo del faraón fuese en realidad el de Neferttiti. Me pregunto si el carbono 14 no puede confirmar nada o quizá otros análisis científicos más determinantes.
    Este es un enigma que amenaza con permanecer inconcluso indefinidamente. Pero es sin duda, un tema fascinante. Excelente segunda entrada. Espero a mañana para leer la tercera parte.
    Un beso

    ResponderEliminar
  4. Gracias Marisa, creo que la tercera si que te va a gustar es mas extensa pero incluye las noticias nuevas ;)

    ResponderEliminar