16 de enero de 2016

Vlad el Empalador: Gobernar por el Miedo

La siniestra fama que iba a convertir a Vlad III Drácula en el terror de los Balcanes nació con el trato brutal que dio a las minorías. Para librarse de los vagabundos y mendigos, los invitó a un banquete, cerró las puertas y los quemó vivos a todos. Los gitanos fueron exterminados o alistados a la fuerza en el ejército. En cuanto a la población alemana, sajona en su mayoría, se concentraban en ciudades que disponían de gobiernos autónomos e importantes privilegios comerciales y fiscales. En su momento, los asentamientos sajones habían servido para repoblar zonas estratégicas e impulsar la economía local, pero ahora eran simplemente un estamento privilegiado en perjuicio de la población rumana local.

Vlad Tepes cena rodeado de los burgueses de Brasov empalados

Drácula les impuso duras cargas fiscales y bloqueó su comercio cuando se resistieron a pagar. Entonces los húngaros y los sajones de Transilvania y Valaquia empezaron a ofrecer su apoyo a nuevos pretendientes al trono. No faltaban los candidatos: Dan III, Vlad el Monje - hermanastro de Drácula – y Basarab Laiota. La respuesta de Vlad fue terrorífica. Cuando la ciudad sajona de Brasov apoyó a Dan III, la respuesta de Vlad consistió en empalar a 30.000 personas, cenar entre los empalados moribundos y luego quemar Brasov. Desde entonces dejaron de llamarle por el honroso apelativo de Drácula y empezaron a llamarle tse'pesh o Tepes, <<el empalador>>. Por su parte él firmaba siempre como Wladislaus Dragwlya.

También impuso su autoridad sobre el clero católico y no le importó castigar a sus miembros – algo que no dolía mucho a la mayoría de los rumanos, cuya fe ortodoxa era perseguida en Transilvania por húngaros y sajones católicos-. Eso llamó la atención del papa Pío IV. Un informe redactado para el en 1462 aseguraba que Drácula había asesinado a unas 40.000 personas. Otras ciudades rebeldes como Sibiu, Tara Bârsei, Amlas y Fagara sufrieron igualmente sangrientas represalias hasta que se sometieron en 1460. Más allá de la crueldad personal, la actuación de Vlad Tepes respondía a una política global de aplastamiento y sometimiento de una minoría privilegiada de origen foráneo.

El papa Pío IV

En cuanto a su política exterior, Vlad III se distinguió claramente de su padre y de otros muchos caudillos de la época, pues una vez en el poder jamás cejó en su oposición irreductible contra los turcos. Para ello contó con el apoyo de Matías Corvino, hijo de Juan Hunyadi y soberano de Hungría. Nunca cambió de capa, le fueran bien o mal las cosas. Por el contrario, su hermanastro Radu el Hermoso se convirtió al Islam y, según las crónicas bizantinas, incluso llegó a ser amante del sultán Mehmet II.

Matías Corvino

Sigue la historia en la siguiente entrada: Contra los turcos hasta el fin.

2 comentarios:

  1. El mundo no ha cambiado desde aquellos días. Creo que de Pol Pot y lo que hizo en Camboya, o Idi Amin en Uganda, o el comportamiento criminal de ISIL. Vlad era un caballero en comparación.

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  2. Paula- I will try to answer your comment in English better than I can. I think it will always arise in people who somehow we surprised by the degree of cruelty that they are able to employ.

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